Netflix estrena 'Los dos papas', la cinta protagonizada por Anthony Hopkins y Jonathan Pryce

Un gigantesco cartel publicitario en el Vaticano promociona una película de ficción sobre la relación entre Francisco y Benedicto

Un gigantesco cartel publicitario en el Vaticano promociona una película de ficción sobre la relación entre Francisco y Benedicto
Fotograma del filme 'Los dos papas'. NETFLIX

Un enorme cartel con la imagen de dos papas decora estos días la emblemática Via della Conciliazione, con vistas a la basílica de San Pedro. No son Francisco ni Benedicto XVI. O mejor dicho, no son los reales, sino los interpretados por los conocidos actores Anthony Hopkins y Jonathan Pryce en la película de Fernando Meirelles. El anuncio cuelga de un edificio propiedad de Propaganda Fide, la congregación de la Curia romana dedicada a la difusión de la fe. La Santa Sede también se rinde a la ficción, aunque la relación real entre los dos pontífices dista mucho de la que se puede ver en la pantalla.

La película, que ha resultado ser una de las dos fuertes apuestas de Netflix para los Oscar, se estrenó en los cines italianos del 2 al 4 de diciembre de 2019, en la plataforma estará disponible este viernes.

El filme arranca en 2012, con la petición del cardenal Jorge Bergoglio al papa Benedicto XVI de retirarse y dedicarse a ser cura de base. Para saber qué tramaba el cardenal que estuvo a punto de derrotarle en el cónclave, Ratzinger le llamó al Vaticano. Hubo tres encuentros entre ellos, en los que se conocieron mejor, y que Meirelles ha reconstruido a través del libro de Anthony McCarten y de diálogos creados con frases de sus cartas y de sus encíclicas. «No nos dieron permiso para rodar allí, pero en Roma la ha visto el cardenal Peter Turkson, uno de los más cercanos a Francisco, y me dijo que la esperaba más agresiva y que le había gustado», asegura el cineasta. Y ahí está una de las dudas de «Los dos papas»: su retrato muy humano de esa relación, y su neblina a la hora de mostrar los problemas de la Santa Sede y del porqué de la dimisión de Benedicto XVI.

Entre las ficciones de la película está que Bergoglio y Ratzinger vieron juntos la final del Mundial de Fútbol de Brasil 2014 entre Argentina y Alemania. «Lo necesitaba para la dramaturgia», confiesa entre risas Meirelles. El director arrancó el proyecto por el interés de un productor sobre el papa Francisco: «No había guion, y tuvo que esperar dos años a que yo acabara con mis compromisos con los Juegos Olímpicos de Río. Encontramos el libro de McCarten, y ahí estaba el diálogo entre ambos».

El cineasta brasileño pensó que el Pontífice argentino sería más valiente: «Esperaba una revolución, pero los cambios son aún menores dentro de la Iglesia. En cambio, la voz del Vaticano ha variado radicalmente como agente político».

En persona, Meirelles es más crítico con el Vaticano que en pantalla, donde salen bien parados los dos papas.

En la vida real, Francisco se ha cansado de repetir que Benedicto XVI «sigue sirviendo a la Iglesia y no deja de contribuir con vigor y sabiduría a su crecimiento». Suele felicitarle por sus cumpleaños o cada vez que la Iglesia celebra un acontecimiento de especial importancia. Lo cita a menudo en sus discursos. Y no deja de visitarlo, como se hace periódicamente con un familiar cercano. La última vez fue durante el consistorio por la creación de 13 nuevos cardenales, que se celebró el pasado octubre en el Vaticano. Los nuevos purpurados se arrodillaron uno a uno ante el Papa emérito, que los saludó con cariñoso afecto.

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